Juan el Bautista en el río Jordán.
El bautismo de Jesús de Nazaret es un evento profético que se menciona en los Evangelios y es una parte importante de su vida y su misión. El bautismo de Jesús es un evento que se menciona en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. En estos Evangelios se narra cómo Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Este evento fue una profunda experiencia de Jesús que estableció una nueva dirección para la historia de la humanidad.
La voz de Dios.
El bautismo de Jesús se relata en los Evangelios como un acontecimiento trascendental para él y para todos los que estuvieron presentes. Mateo 3:13-17 describe cómo Jesús fue al Jordán para ser bautizado por Juan. Cuando Jesús salió del agua, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. La voz de Dios se hizo presente en el cielo y dijo: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
Esta profunda experiencia de Jesús estaba llena de significado espiritual. El bautismo de Jesús señaló el comienzo de su ministerio y fue una confirmación de su identidad como el Mesías. El bautismo también fue una señal de la reconciliación entre Dios y los humanos. Según Mateo 3:15, cuando Jesús fue bautizado, él dijo: «Para esto he venido, para cumplir la voluntad de Dios».
Artista: Ignacio de Ries Título: Bautismo de Cristo
La voluntad de Dios.
El bautismo de Jesús fue una experiencia llena de significado. Al ser bautizado, Jesús estaba confirmando su compromiso con su misión. Estaba diciendo que estaba dispuesto a caminar en los pasos de su Padre. Estaba dispuesto a hacer la voluntad de Dios, incluso si significaba sufrir y morir en el Calvario.
El bautismo de Jesús es una gran bendición para todos los que creen en él. Según Romanos 6:3-4, cuando un creyente se bautiza, está «muerto al pecado y vive para Dios». Al bautizarse, el creyente está declarando su compromiso con el Señor, su deseo de servirle y su obediencia a sus mandamientos.
Confirmación de que Jesús es el Mesías.
El bautismo de Jesús de Nazaret fue un acontecimiento trascendental que marcó el comienzo de su ministerio. Esta experiencia profética fue una señal de la reconciliación entre Dios y los humanos. Al bautizarse, Jesús estaba confirmando su identidad como el Mesías y su compromiso con la voluntad de Dios. El bautismo de Jesús es una gran bendición para todos los que creen en él y una gran fuente de esperanza para el mundo.