Los que le vieron, en un principio creían que era un espectro.
El milagro de Jesús al caminar sobre el agua es uno de los más grandes milagros que se mencionan en el Nuevo Testamento. El relato se encuentra en Mateo 14:22-33. La noche de aquel día, Jesús mandó a sus discípulos a que se adelantaran al otro lado del lago mientras Él se retiraba para orar. Después de orar, Jesús decidió unirse a sus discípulos caminando sobre el agua.
Cuando los discípulos vieron a Jesús caminar sobre el agua, se asustaron creyendo que era un fantasma. Pero Jesús los calmó diciéndoles: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo». En ese momento, Pedro le pidió a Jesús que le permitiera caminar sobre el agua también. Jesús le dijo que sí, y Pedro comenzó a caminar sobre el agua.
Jesús andando sobre las aguas, por Ivan Aivazovsky (1888)
Nada es imposible para Jesucristo.
Sin embargo, cuando Pedro comenzó a ver el viento y las olas, empezó a tener miedo y comenzó a hundirse. Jesús alcanzó a Pedro y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?». Luego, ambos subieron a la barca y los vientos cesaron.
El milagro de Jesús al caminar sobre el agua es una muestra de su inmenso poder y autoridad sobre los elementos. Jesús demostró que Él es el Señor del mar y de todos los elementos. Esta maravillosa hazaña de Jesús nos recuerda que Él es el Señor de todas las cosas y que nada es imposible para Él.
El milagro de Jesús al caminar sobre el agua nos recuerda que Él es el Señor de todas las cosas y que nada es imposible para Él. De acuerdo con Mateo 14:22-33, Jesús calmó los miedos de sus discípulos al caminar sobre el agua, demostrando su inmenso poder y autoridad. Esta increíble hazaña es una muestra de su gran amor y misericordia por nosotros.