Jesús calma de la tormenta.

Jesús controla los fenómenos naturales.

El milagro de Jesús Calma la Tormenta es uno de los milagros narrados en el Nuevo Testamento. Es una escena memorable en la que Jesús demuestra su poder para controlar los elementos naturales. El pasaje se encuentra en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Esta fue una de las primeras señales que Jesús realizó que demostraron su autoridad sobre la naturaleza.

En el pasaje de Mateo 8: 23-27, se relata que Jesús y sus discípulos se encontraban en una barca en el mar de Galilea cuando una gran tempestad se desató. Los discípulos estaban aterrorizados y llamaron a Jesús para que los ayudara. Jesús se levantó y con una sola frase ordenó que la tormenta se calmará. Al instante, el viento y el mar se calmó.

Es una pintura con un barco a vela en una tremenda tormenta. Con olas terroríficas. Dentro del barco hay una docena de hombre y Jesucristo.

Artista: Rembrandt – Título: La tormenta en el mar de Galilea.

Jesús, nuestro salvador.


Este milagro es una de las primeras señales de Jesús de que Él es el Hijo de Dios. El milagro demuestra que Jesús tiene el poder para controlar los elementos naturales y nos recuerda que Él es el Señor de la Creación. La Biblia dice que los discípulos quedaron asombrados por el milagro y que se preguntaron quien era Jesús para que tenga tal poder.


El milagro de Jesús que calma la tormenta es una historia increíble del Nuevo Testamento que nos recuerda que Jesús es el Señor de la Creación y que tiene el poder para controlar los elementos naturales. Esta historia es una excelente forma de recordarnos que debemos poner nuestra confianza en Jesús y buscar su guía en los momentos difíciles.

El milagro de Jesús Calma la Tormenta es una historia inspiradora del Nuevo Testamento que nos recuerda que Jesús es Todopoderoso y que podemos confiar en Él. Esta historia nos alienta a poner nuestra fe en Jesús y buscar su guía y protección en los momentos difíciles. Si lo hacemos, podremos experimentar el poder de Dios a través de Jesucristo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *